jueves, 27 de mayo de 2010

Una gran noche de ROCK

Esta vez me dedicaré a hablar de uno de los mejores momentos que me ha dejado la música nacional y en especial, obviamente, el rock. Recuerdo el sublime concierto llamado Rock Fest '97, celebrado en el teatro Melico Salazar. Recuerdo que estando en la fila, de la nada aparecieron reporteros de MTV; inmediatamente dije ¡wow! esto se las trae. La expectativa era ya de por sí altísima, con increíbles bandas (todas nacionales, por supuesto) como:

Evolución: En aquel momento recién empezaban a sonar en el país, pero se proyectaba ya como uno de los grupos que se consolidaría a futuro; ¡y lo logaron! ¿alguna duda? Su espectáculo fue muy bueno, mucho peso y buenas letras en sus canciones.

Bruno Porter: Con una explosividad y creatividad increíbles. Ver a Bruno Porter siempre significó como adentrarse en un laberinto, era un grupo tan volado, con letras tan locas que nunca se sabía lo que podía pasar con ellos. Por momentos parecía que su música era improvisación más que cualquier otra cosa. Increíbles músicos los tres. ¡Que falta que haces, Bruno! Su espectáculo como siempre, fue magistral.

Indigo: A quien considero el mejor grupo que ha tenido este país. Con un bajista increíble, Gonzalo de Trejo, un vocalista, Henry D'Arias, con mucha personalidad y seguridad arriba del escenario, y Ricardo Nieto en las guitarras, dándole color y matíz a cada canción con sus arreglos. Ellos tres acompañados del que para mi gusto es el mejor baterista de este país: Gilberto Jarquín. Juntos los cuatro, hicieron que aquel momento fuera para mí, espléndido. Lo mejor de la noche.

¿Alguien ha escuchado un grupo que se llama Gandhi? En aquel momento era el grupo quizas más esperado de la noche. Leer los periódicos, ver las noticias, y saber que Gandhi todavía permanece constante, sacando nuevo material, y con los mismos músicos de aquel entonces, es una clara muestra de compromiso y constancia, constancia que no es muy común en este país. Las razones, según mi criterio, las plantearé en otra ocasión. Respetos para Gandhi que, para los que no saben, participó en el tributo a la gran banda argentina Soda Stereo.

El Parque: Quien tuvo sus momentos de gloria en este país y hoy intentan retomar ese lugar que alguna vez tuvieron. Uno de los grupos que llegó a tener muchos, muchos y fieles seguidores. Era en aquel entonces el grupo que con mayor facilidad llenaba colegios y teatros (decidieron en su momento no tocar en bares, ya que muchos de sus seguidores, incluido yo, eran menores de edad; ¡gracias por eso!)

El concierto cerró con un grupo muy respetado y querido: Café con Leche, liderado por José Capmany. Para los que nunca escucharon Café con Leche, fue de los primeros grupos en consolidarse en este país. Se caracterizaba por el sentido de nacionalismo de Jose. Era uno de esos vocalistas que uno veía en tarima, lo escuchaba hablar entre canción y canción, y simplemente uno decía: "sí, este mae es más tico que un desayuno de sábado con gallo pinto, huevos fritos, natilla y tortillas de maíz. Verlo en escena era realmente ver a una persona auténtica que poco le importaba las críticas que pudiera recibir por ello. Genial era eschucharlo tocar "De la caña se hace el guaro" y "La modelo" (cuya letra era siempre improvisada y cargada de dicherejos ticos propios de la época.)

Al final, todos los músicos se unieron para interpretar una misma canción. Un excelente cierre para una gran noche. Y para los que no creen que en este país hay talento, entrevisten a unos cuántos de los que estuvimos allí, y verán que tan equivocados están.

lunes, 24 de mayo de 2010

Volatería al fin y al cabo

Solo por hoy, y espero que así sea, haré una excepción y dejaré de lado el maravilloso tema de la música y me referiré a un caso de la vida real.

Los traslado a Madrid, España, en donde un día como cualquier otro, los diarios locales rezan: "después de un par de muletazos resbaló, con tan mala suerte que el cuerno derecho del toro se clavó en su maxilar (mandíbula, quijada), el pitón (cuerno) atravesó el cuello, la lengua, el paladar, y salió por la boca, levantando al diestro casi un metro del suelo; el torero ('profesional') fue trasladado al hospital..."

Pienso, y supongo que generaré controversía con esto, que si uno entra a un supermercado y luego pretende salir por la puerta de atrás con algo que haya tomado del mismo, lo primero que va a pasar es que nos digan: un momento, pague lo que tomó y luego siga con su vida. Y sí, lo correcto es pagar por ello, y así debe ser. Igualmente, y para generar todavía más controversia (no lo puedo evitar, así soy yo: digo lo que pienso y lo que considero correcto), una de las más grandes frases que nos han dejado los diferentes Maestros que hemos tenido es y será: "ama a tu prójimo como a tí mismo" Simplemente cambiemos la palabra "prójimo" por "ser vivo" y ¡listo!: tenemos la idea. Si entendemos prójimo como solo los seres que están a nuestro mismo nivel de evolución y conciencia (el ser humano), entonces, ¿cuál es la gracia? ¡Estamos cag......os! Otro gran Maestro nos dejó esta otra: "No dañarás".

Si millones de personas consideran estos "eventos" como "deporte", y a la vez billones me dijeran que estoy equivocado y que no entiendo las tradiciones de determinado país, pues entonces seguiré viviendo y moriré aun estando equivocado: para mí eso, y lo digo así, despectivamente: ESO, nunca será un deporte, ni mucho menos evento, ni nada que se le parezca; será más bien (y no diré la palabra para no ofender a nadie)...

En resumidas cuentas, y como este blog es dedicado a la música, le robaré las palabras al grupo Zoé, y finalizaré diciendo "tú siempre (y justamente) recibes lo que vienes dando"...

jueves, 20 de mayo de 2010

Grupo y no grupo(s)

La culminación de cualquier estudiante y aprendiz sea probablemente llegar a formar parte de un grupo. Esa sensación de creación, de dar vida a algo que no era hasta que lo hicimos ser, no tiene comparación. Es saber que en todo el universo, en toda su extensión, no hay otra cosa igual. Aunque se diga que ya todo está inventado, siempre los grupos y solistas realizan nuevos trabajos, y aunque ya todo está inventado, a mí todo me suena nuevo y diferente.

Es curioso como muchas veces escuchamos una canción y no sabemos cual canción es, pero decimos “esto me suena a tal grupo” y luego, ¡sorpresa! era ese grupo que pensábamos. Lo anterior muestra sin duda que cada grupo tiene su propio sello, su propio “feeling”, su propio sonido. Y no es que sea monótono o repetido, simplemente es la magia del grupo, su propia magia. Cierto será que hay grupos que no tienen una línea definida y suenan siempre diferente en todas sus canciones, pero ese cambio constante es, en sí mismo, su sello propio, su "feeling" y su propio sonido.

Todo lo anterior es simplemente para decir que un grupo es precisamente un trabajo en equipo, más allá de un baterista arremetiendo contra los tambores; un bajista acompañándolo, dando peso y formando - como dice un gran compositor, arreglista, maestro, músico, y viejo amigo – el colchón rítmico de la canción; un guitarrista llenando de colores y armonía ese colchón; y finalmente, un cantante transmitiendo un mensaje y emoción determinados. Si el grupo es realmente un grupo y no grupo(s), no importa quien sea el mejor músico, o quien tiene más habilidad para componer y arreglar canciones. No importa tampoco quien escribe más bonito, o quien se desenvuelve mejor en el escenario, o quien sepa decir las palabras más apropiadas en entrevistas y reportajes; al final lo que sí importa es como esos tres, cuatro, cinco, o más integrantes se olvidan de quienes son, y simplemente llegan a ser uno: EL grupo, y no los integrantes del grupo. Igualmente importa la confianza que se tenga el uno al otro. Es como ese bajista que le dice al líder del grupo: “es que yo no soy tan bueno como tú, y el líder le contesta: “eres bueno, eres el mejor bajista del mundo: eres el bajista de nuestro grupo, y eso te hace ser el mejor.”

Uno de los casos que recuerdo y me hace pensar el porque los grupos llegan a consolidarse y a tener carreras exitosas luego de años y años de trabajo, es el MTV acústico de Café Tacvba. Al terminar de tocar una de las primeras canciones, el cantante lejos de decir “ya estamos aquí con ustedes” o “nosotros somos…” o cualquier otra presentación imaginable, simplemente dijo: “ya llegó el Café Tacvba”. Otro caso es del infinitamente increíble grupo Fobia, en donde el cantante presentó al grupo con un simple “aquí está Fobia con ustedes” en vez de decir "aquí estamos con ustedes". Inmediatamente lo entendí, estos señores tienen el éxito que tienen porque ya entendieron e interiorizaron que cada uno de ellos es un músico por separado, pero una vez con SU grupo, son precisamente eso: EL grupo.


Ese sentido de unidad es lo que hace a un grupo grande. Grandes grupos han terminado sus carreras por una tonta lucha de egos. Para los que conocen a Caifanes, ese es el ejemplo más claro. Saúl Hernández, compositor, escritor, líder e imagen del grupo y Alejandro Marcovich, el guitarrista, arreglista y geniecillo del grupo. El grupo se separa luego de una insoportable lucha de egos y después de 15 años, Saúl sigue con su grupo Jaguares (¿y quien es Jaguares hoy en día comparado con lo que fue Caifanes?) Para no ofender, solo diré que no es ni la sombra. ¿Y que ha hecho Alejandro Marcovich por sí solo luego de tantos años y con todo su talento? Para no ofender, solo diré que muy poco. Juntos hacían: para no alargarme más de la cuenta ya que me llevaría probablemente una entrada entera, solo dire MAGIA.

En resumen, la magia de un grupo es que ese grupo logre ser un grupo, y no grupo(s); que al momento de componer una canción todos se sintonicen en la misma nota, y lo digo metafóricamente, porque literalmente, obviamente tienen que hacerlo, si no: desastre. No es fácil, por supuesto, somos humanos, pero es un buen punto de partida a la hora de comenzar un nuevo proyecto que al final puede dejarnos muchas satisfacciones.